El puente de Carlos de Praga es,
posiblemente, el edificio más emblemático de la ciudad. El rey Carlos, muy
aficionado a la astrología y la numerología, mandó construirlo en 1357, 10 años
después de la destrucción del puente de Judit que había quedado destruido por
una inundación. Era la vía de comunicación más importante entre la Ciudad Vieja
y el Castillo de Praga. Tiene una longitud de 516 metros y todo él está flanqueado
por numerosas estatuas. En total 30, las originales se hallan en el museo
Nacional de Praga y en Vysherad. Entre ellas se halla la de San Juan
Nepomuceno, mártir por negarse a desvelar el secreto de confesión de la reina a
su marido el celoso Wenceslao IV. Junto
al puente también destaca la del caballero Bruncvik cuya espada mágica, que
consiguió gracias a fantasiosas aventuras, permanece escondida en uno de los
pilares del puente en caso de peligro para la ciudad. Ajena a esta historia una novia espera silenciosa a su amado.
jueves, 18 de julio de 2019
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